Escrito por: D. Darío Vargas

El Cielo sólo le pertenecía a Dios.
Por su Resurrección Cristo abrió para todos, para ti, para mí, las puertas del Cielo.
Por la Resurrección ya sé dónde me conduce la cruz.
Por la Resurrección pudimos recibir el Espíritu Santo y ser templos suyos.
Por la Resurrección existe la Iglesia.
Por la Resurrección sabemos que antes debemos morir, no solo a la vida natural, sino al hombre viejo, sus ataduras, dependencias, soberbias, autosuficiencia y apegos.
Por la Resurrección sabemos que hay que buscar los bienes de arriba.

Que concentrar todos nuestros esfuerzos en lograr la felicidad en esta tierra es perder de vista el Cielo.
Que nuestra vida aquí es una preparación en camino hacia nuestra Patria.
Que una Iglesia que no predique la vida eterna es una Iglesia muerta.
Que no creer en la vida eterna hace que nuestra fe sólo sea un código moral, perteneciendo a la Iglesia como si fuera un Club de socios.
Nuestras vidas tienen sentido por la Resurrección de Cristo.
Por ella podemos experimentar el amor de Dios, y amarnos los unos a los otros.

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!